jueves, 15 de enero de 2009

El Refugio: los ayuntamientos cómplices

Fuente: Diario Bahía de Cádiz. Foto: Eulogio García.


Los ayuntamientos de Cádiz, Puerto Real y San Fernando “conocían las irregularidades” que se cometían en la perrera ‘El Refugio’, pero seguían utilizando sus servicios.

La organización proteccionista El Refugio ha vuelto a pasar por Cádiz para informar de los últimos acontecimientos del procedimiento judicial de la controvertida perrera de Puerto Real, con la que trabajaban la mayoría de municipios de la Bahía, y donde presuntamente se maltrataba y sacrificaba a los animales.

Según El Refugio, en el transcurso de este proceso ha declarado como imputado otro trabajador de la perrera, en concreto el encargado de incinerar a los animales. Así, son ya ocho los imputados en este procedimiento abierto en el Juzgado nº 2 de Puerto Real. El dueño de la perrera, la directora, el veterinario titular, el antiguo veterinario y cuatro trabajadores.

Además, ha declarado como testigo en el procedimiento un veterinario de reconocido prestigio en Cádiz, indicando que el suministro de Mioflex –sustancia con la que al parecer se mataba de forma agónica a los animales- se realizaba desde el año 1994. En su declaración ante la Juez, confirmó que los ayuntamientos de Cádiz, Puerto Real y San Fernando, entre otros, “estaban al corriente de las numerosas irregularidades que se cometían en la perrera de Puerto Real”, según alertan desde El Refugio. El veterinario en sus visitas a la perrera pudo ver en varias ocasiones animales hacinados, enfermos, con diarreas o sangrando e incluso uno con un hueso fuera. También pudo ver animales accidentados o moribundos y perros agonizando durante varios días.

Por su parte, el encargado de incinerar los animales en la perrera de Puerto Real en su declaración como imputado asegura que se incineraban unos 50 ó 60 animales al día.

La perrera de Puerto Real lleva más de un año cerrada sin ninguna actividad, como así lo demuestran los informes que tiene la obligación de presentar mensualmente en el Juzgado nº 2 de Puerto Real el dueño de la misma.

“Son ya ocho los imputados y el nuevo testigo deja muy claro el uso del Mioflex desde 1994 y confirma en su declaración ante la Juez el conocimiento por parte de los ayuntamientos de Cádiz, Puerto Real y San Fernando de las irregularidades cometidas en la perrera. A día de hoy la perrera de Puerto Real permanece totalmente cerrada”, remarca Nacho Paunero, presidente de El Refugio, en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.

DESDE JUNIO DE 2007

Esta asociación animalista, de Madrid, denunció los supuestos hechos ilícitos ante el Seprona el 15 de junio del año 2007 iniciándose un procedimiento penal en el Juzgado nº 2 de Puerto Real, que hasta el día de hoy tiene tres tomos con cerca de 1.500 folios.

La organización proteccionista está personada como acusación en el primer procedimiento penal contra una perrera en España. Los supuestos penales que se imputan son: supuestos delitos de falsedad documental y denuncia falsa, así como delito continuado de maltrato de animales.

En la perrera de Puerto Real se recogían miles de perros y gatos, anualmente, de varios municipios de la provincia de Cádiz. Supuestamente los animales recogidos eran sacrificados con un paralizante muscular que era inyectado indiscriminadamente ocasionando a los perros y gatos recogidos una muerte lenta y agónica por asfixia que en la mayoría de las ocasiones podía durar varios minutos, durante los cuales el perro o el gato esta absolutamente consciente hasta que muere asfixiado ya que afecta a los músculos respiratorios.

El horror en la perrera de Puerto Real, supuestamente llevaba sucediendo durante años, Dicha perrera es una empresa que figura como sociedad limitada en el registro de sociedades y cuyo administrador único y dueño de la misma es Plácido Gómez Muñoz, se da la circunstancia que el nombre de dicha sociedad es el de Asociación Protectora de animales SL Según El Refugio en muchos casos, este tipo de empresas que recogen animales “sólo buscan ganar dinero, aparentan proteger a los animales pero en ningún caso lo hacen”.