domingo, 11 de julio de 2010

“La ciudad paga para que se maten animales”

11/07 · 17:20 · Gema Freire. Andalucía Información.


Hace unos días se conoció que será la empresa roteña Lilopa S.L. la que se haga cargo del servicio de recogida y residencia de animales, tras haber sido la única empresa que se presentó al concurso de adjudicación convocado por el Área de Patrimonio y Hacienda del Ayuntamiento de Cádiz por 47.000 euros.

La adjudicación a esta empresa se ha realizado ya de forma provisional, a la espera de comprobar que la empresa cumple con los requisitos exigidos en el pliego de contratación.

El Ayuntamiento de Cádiz viene sacando este servicio a concurso desde que se demostrara que en la perrera El Refugio de Puerto Real se estaban dando casos de maltrato animal. Desde entonces la Mancomunidad de Municipios de la Bahía de Cádiz se comprometió a hacerse cargo de este servicio para ofrecérselo a todos los municipios que forman parte de la institución. No obstante, y aunque la Mancomunidad asegura que mantiene su intención de hacerse cargo del mismo, no se ha conseguido llevar a buen puerto las negociaciones con ninguno de los municipios que en su día ofrecieron terreno para poder instalar esta perrera mancomunada.

Para la Sociedad Protectora de Animales de Cádiz ésta medida no ataja el problema de fondo, tan sólo lo corta de raíz y por el camino fácil, sacrificando animales por doquier.

Mientras tanto, esta sociedad en Cádiz está en una situación extrema. Actualmente, custodian más de 170 perros en un albergue que tienen en Chiclana con capacidad para 75, y además cuentan con una lista de espera de 89 canes. La directora de esta asociación, Nieves Orellana, reconoce que están peor que hace unos años en lo que se refiere a la situación de abandono. Pero como cada vez que se cierra una puerta se abre una ventana, Kimba cuenta con una baza a su favor, y es el uso de las nuevas herramientas como Internet, que está permitiendo dar a conocer la asociación y buscar familias que quieran adoptar a los perros, incluso fuera de España.

En la página web www.refugiokimba.org, los interesados tienen todo tipo de información de los animales. Cada perro tiene una ficha con sus gustos, su peso, la talla, su carácter, tratamientos que sigue, etc.

En cualquier caso, cuando se plantea alguna duda, los voluntarios aconsejan sobre qué perro es el más adecuado para cada familia en función de las horas que pasan en casa, si hay niños, si hay personas mayores y si viven en un piso o en un campo.

Además, para incentivar las adopciones, la asociación y la persona que acoge el perro firman un contrato por el que se comprometen a que el animal pueda volver al albergue si pasados unos años cambia la situación familiar del titular de la mascota: “A la gente le da confianza y sensación de libertad. Los que adoptan no vienen con intención de volverlo a dejar con nosotros, pero todo puede pasar y se han dado casos”, explica Orellana.

Y es que no sólo consiste en garantizar la comida al animal. Ellos también necesitan espacio, esparcimiento, que se les dé cariño y estabilidad.

La directora cree que el mundo animal se ha convertido de unos años a esta parte una empresa lucrativa que va en auge de una manera “descomunal” y sin coto por parte de las administraciones. La responsable del refugio Kimba compara la situación de España con la de otros países como Alemania, que sí supieron ver el peligro de una realidad que se les avecinaba con respecto a este tema. A su juicio, en España se han limitado a ir sacando leyes y normas como respuesta a problemas ciudadanos derivados de casos puntuales sin atajar el fondo de la cuestión y eso es “nefasto”, porque a la hora de redactar las normas “hay que sentarse con gente que conozca lo que está pasando y nunca se nos tiene en cuenta”.

Un “0” a las administraciones

En este sentido, asegura que la Ley de Animales Peligrosos está resultando un desastre “total y absoluto” , ya que sólo ha servido para callar bocas y para aparentar que se está haciendo algo por solucionar el problema. De hecho, se ha venido observando que a raíz de la entrada en vigor de esa normativa se ha disparado el abandono de este tipo de canes. A esto se suma que las protectoras no pueden hacerse cargo de ellos porque la norma obliga a tener un certificado de actitud y un seguro de responsabilidad civil que cuesta 1.200 euros por cada perro “cosa que no nos podemos permitir con los recursos que manejamos, porque de las administraciones no recibimos ninguna ayuda, todo llega a través de los socios y de asociaciones de animales del extranjero”. El futuro de todos esos animales ha sido la perrera, y su sacrificio a los diez días de estar allí en la mayoría de los casos. Algo que a juicio de Orrellana es una “salvajada”, porque según el Registro Andaluz de Animales de Compañía sólo han mordido dos perros desde que la Ley entró en vigor. De esta modo, lo único que se ha conseguido es que se estigmatice a las razas potencialmente peligrosas.

La directora mantiene que falta formación en la gente que se plantea tener un animal de compañía. De hecho, en otros países se imparten cursos para que los futuros amos sepan a lo que se van a enfrentar, “pero en España eso es impensable, estamos muy atrasados en esta cultura”.

Las adopciones extranjeras son más comunes que en España y no porque en esos países no haya perros a los que adoptar. Se da la circunstancia de que los extranjeros están más sensibilizados con la situación de descontrol que hay España.

En Alemania, Bélgica, Holanda o Estados Unidos se impuso hace más de 20 años la esterilización de estos animales para evitar la superpoblación, de ahí que las protectoras no estén saturadas como aquí, lo que les permite volcarse por entero a los pocos que tienen abandonados. Para Orellana en España no son capaces de introducir esta norma, porque temen la reacción de la industria animal que se ha creado: “Aquí se prefiere invertir en sacrificar, en lugar de evitar que lleguen a nacer”.

El problema es que cada vez se están poniendo más problemas en el extranjero a las adopciones de perros que proceden de España. Es el caso de Austria, que ya ha cerrado su frontera a este tráfico animal. Según Orellana, en estos países “ya se están empezando a cansar, porque ven que pasan los años y no se pone solución”.
Otro aspecto que llama la atención a Orellana es la poca disposición de los ciudadanos a la hora de denunciar casos de abandono y de maltrato. Según la directora, a lo máximo que se llega es a comunicarlo a la protectora. Con mucho esfuerzo consiguió que la Delegación de Gobernación derivara a la protectora los casos de maltrato, para evitar que estos perros llegasen a la perrera para ser sacrificados.

El poco aguante de algunos amos llega al punto de devolver a las mascotas porque ladran cuando llaman a la puerta. Otra cosa que tampoco entiende es que haya parejas que no quieran a sus perros porque van a tener un hijo: “No entiendo la relación que existe entre tener un hijo y abandonar al animal. La mayoría de los voluntarios de la protectora somos padres, y no nos ha pasado nada”.

La Sociedad Protectora de Animales en Cádiz tiene en la actualidad 500 socios de toda la provincia. De ellos, sólo una veintena son voluntarios asiduos. Nieves Orellana lamenta que la imagen que se proyecta a la sociedad de los amantes de los animales sea la de personas que no están colmadas emocionalmente o que están desequilibradas: “En mi caso soy una persona perfectamente normal, casada y con dos hijos. Estoy orgullosa de la familia y del marido que tengo. La gente prefiere pensar así, a ver la realidad e implicarse”.

La sexta campaña de gatos sanos alcanza su cénit en la capital
Desde que en el 2004 comenzara la campaña de esterilización y control de gatos callejeros en la ciudad de Cádiz, son ya más de 750 gatos (entre hembras y machos) los que han pasado por los veterinarios de esta ciudad, para su reconocimiento sanitario y esterilización, siendo un porcentaje muy elevado de éstos y de camadas pequeñas los que han sido adoptados a lo largo de estos años tanto por ciudadanos gaditanos como de otras provincias nacionales e internacionales.

La ciudad de Cádiz fue pionera a nivel nacional en implantar este tipo de campañas frente a la alternativa de la eliminación en las perreras, alternativa que ha sido copiada por otros municipios interesados por los resultados obtenidos.

Las organizaciones implicadas, Agaden y Sociedad Protectora de Animales y Plantas Bahía de Cádiz (Refugio Kimba), han mostrado su satisfacción por estos años de trabajo, pero afirman que es necesario que la sociedad gaditana cambie su visión sobre la relación que los vecinos de los barrios de la ciudad puedan tener sobre las colonias que vivan en ellos. Son muchos “bulos” los que rodean a estos pequeños felinos, pero nada más lejos de la realidad, ya que desempeñan un papel indispensables en el mantenimiento de plagas de insectos y roedores.

Cambio de mentalidad

De la misma manera, los colectivos proteccionistas alertan de la elevada situación de abandono que se está produciendo en las colonias de felinos localizadas. Insisten en que en la sociedad actual se consideran a los animales de compañía como “simple mobiliario que se puede tirar cuando ya no se quiere”. Este hecho hace que una media de 50 gatos al año sean abandonados en las calles de Cádiz. Las asociaciones denunciantes aseguran que el engaño por parte de los dueños de que vivirán bien y serán alimentados por los voluntarios que cuidan las colonias “se aleja de toda realidad”. Las estadísticas hablan por sí sola, ya que el 90 por ciento de los gatos abandonados no se adaptan a vivir en la calle y acaban muriendo por inanición.

Los colectivos alegan que un mayor impulso en el cumplimiento de la legislación vigente de protección animal tanto por parte del Ayuntamiento de Cádiz como de las administraciones competentes en esta materia, unido al control de los nacimientos de camadas, reduciría dichos abandonos.